Durante décadas, el gigante automovilístico BMW ha liderado una revolución silenciosa en el mundo del transporte. Desde los años 70, investiga el hidrógeno como combustible alternativo. Este elemento, abundante en el universo, promete cambiar el juego de la movilidad sostenible.
El hidrógeno ofrece una densidad energética superior a la de las baterías actuales. Un vehículo de hidrógeno se recarga en minutos, no horas.
Esto coloca al hidrógeno como una alternativa prometedora frente a los combustibles fósiles y las baterías eléctricas.
Hidrógeno como combustible: un camino que no ha sido fácil
En cuanto a su implementación, el almacenamiento del hidrógeno a bajas temperaturas y altas presiones presenta retos significativos.
Además, su producción es energéticamente costosa, especialmente en países como Alemania.
En los años 80, BMW alcanzó un hito al desarrollar el primer automóvil europeo impulsado por hidrógeno líquido.
A pesar de los desafíos, este avance abrió la puerta a nuevas posibilidades.
Sin embargo, el vehículo aún dependía de hidrógeno producido a partir de fuentes no renovables.
Sus ventajas frente a combustibles fósiles
La ventaja más significativa del hidrógeno radica en su combustión limpia.
Al quemarse, el hidrógeno solo produce agua. Esto lo convierte en un aliado crucial para el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.
BMW como protagonista del cambio

BMW H2R
BMW no ha cesado en su empeño por innovar en este campo. En 1989, presentó el primer motor de hidrógeno de 12 cilindros del mundo.
Años después, el BMW H2R rompió nueve récords de velocidad para vehículos de hidrógeno.
El hidrógeno también ha demostrado ser práctico para el uso diario. En 2006, BMW introdujo el Hydrogen 7, el primer vehículo de este tipo listo para producción en serie.
Este modelo pudo alternar entre hidrógeno y gasolina, superando la incertidumbre sobre la fiabilidad de la red de suministro de hidrógeno.
En la actualidad, el hidrógeno como combustible promete ventajas notables sobre las baterías para vehículos eléctricos. Su ligereza y tiempos de carga reducidos son ideales para la movilidad eléctrica pura.
BMW ha explorado esta vía con su investigación en celdas de combustible desde finales de los 90.
La colaboración entre BMW y Toyota
Esta alianza ha impulsado aún más el desarrollo de esta tecnología. De hecho, en 2013, ambas compañías unieron fuerzas para crear un sistema de celdas de combustible eficiente.
Este esfuerzo conjunto marcó un paso significativo hacia la comercialización del hidrógeno en el sector automotriz.

BMW iX5 Hydrogen
El BMW iX5 Hydrogen, lanzado recientemente, ejemplifica el compromiso de la marca con el futuro del hidrógeno.
Este modelo, parte de una flota piloto, combina potencia y sostenibilidad. Con tan solo unos minutos para recargar, el hidrógeno como combustible promete una autonomía impresionante sin emisiones nocivas.
A medida que BMW continúa innovando, el sueño de carreteras libres de emisiones se acerca a la realidad.