Porsche reabrió su sucursal en La Dehesa y no es solo una remodelación: es el primer punto de venta en Chile que adopta el concepto Destination Porsche, una propuesta global que cambia por completo la forma en que la marca se relaciona con sus clientes.
Aquí no se trata solo de vender autos, sino de crear una experiencia, una en la que el lujo no se limita al volante, sino que empieza desde el momento en que cruzas la puerta.
Una nueva forma de habitar la marca
El rediseño abarca 2.400 metros cuadrados e incluye espacios temáticos donde cada etapa del proceso de compra tiene su lugar. Desde un lounge para descansar con un café, hasta un fitting room donde se configura cada detalle del auto.
La tienda también se renovó por completo, incluyendo la zona de Porsche Lifestyle, con ropa, accesorios y artículos de diseño. El enfoque es claro: transformar un trámite en una experiencia que tenga sentido para el cliente, sin importar si está comprando o solo mirando.
El Porscheplatz, por ejemplo, funciona como un punto de encuentro. Ahí uno puede trabajar, relajarse o simplemente esperar. En paralelo, el Fitting Lounge permite configurar el vehículo junto a un asesor, en un ambiente privado, cómodo y bien iluminado.
Y cuando el proceso termina, el mismo espacio se transforma en sala de entrega, cerrando el ciclo sin necesidad de moverse por pasillos ni oficinas impersonales. Todo está en su lugar, sin vueltas.
Destination Porsche y la electromovilidad
La nueva sucursal no se queda atrás en infraestructura. Cuenta con dos cargadores rápidos de corriente directa de 180 kW —entre los más potentes en concesionarios del país— además de seis puntos de carga alterna.
No es un decorado: los autos eléctricos que se exhiben pueden cargarse ahí mismo. Y eso, en un mercado donde muchas vitrinas eléctricas siguen dependiendo de enchufes comunes, es un punto a favor.
Finalmente, otra novedad es la figura del host. No es un vendedor, ni un recepcionista, sino alguien que acompaña al cliente durante toda su visita.
Su tarea es coordinar, anticiparse y resolver, para que la experiencia sea fluida, sin demoras ni explicaciones repetidas. Es un detalle pequeño, pero que cambia la dinámica y alivia el proceso.