El BMW M5 lleva cuatro décadas como un referente en el mundo de los sedanes deportivos. Desde su lanzamiento en 1984, este modelo ha logrado combinar desempeño en pista y comodidad para el uso diario, un equilibrio que, sin duda, lo hace destacar en su segmento.
Este año, BMW celebra 40 años del M5 con la introducción de la séptima generación. La nueva versión marca un hito importante al incluir, por primera vez, un sistema de propulsión híbrido enchufable. Este avance tecnológico posiciona al M5 en una nueva etapa, enfocada en mejorar la eficiencia sin comprometer las prestaciones deportivas que lo caracterizan.
1984: el origen
El BMW M5 comenzó su legado en 1984 con la presentación de la primera generación, basada en el Serie 5 E28. Equipado con un motor de seis cilindros en línea de 3.5 litros y 286 hp, este sedán deportivo marcó un punto de inflexión al combinar velocidad y funcionalidad.
Aceleraba de 0 a 100 km/h en 6.5 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 245 km/h. Esto lo convirtió en el sedán de producción más rápido de su tiempo, lo que cimentó la reputación del M5 como un vehículo innovador.
El éxito inicial del M5 fue una muestra del potencial de BMW para crear vehículos que equilibraran el rendimiento en pista con la practicidad diaria. El modelo demostró que un sedán podía ofrecer un alto desempeño sin sacrificar el confort y la elegancia, un concepto revolucionario en la industria automotriz de la época.
1988: potencia aumentada
La segunda generación del BMW M5 llegó en 1988, basada en el Serie 5 E34. Este nuevo modelo vio un aumento en la potencia, con un motor de seis cilindros en línea de 3.6 litros que entregaba 315 hp. Por primera vez, el M5 alcanzaba una velocidad máxima de 250 km/h.
En 1992, una actualización del motor elevó la cilindrada a 3.8 litros, incrementando la potencia a 340 hp.
Esta generación también introdujo la variante Touring del M5, un modelo que combinaba el rendimiento deportivo con una mayor capacidad de carga. BMW produjo menos de 900 unidades de esta versión, lo que la ha convertido en un clásico muy valorado por los entusiastas de la marca.
1998-2024: innovación continua
En 1998, la tercera generación del M5 (E39S) introdujo un motor V8 de 4.9 litros y 400 hp, manteniendo la velocidad máxima limitada a 250 km/h. Este modelo destacó por su equilibrio entre manejo deportivo y confort.
En 2005, la cuarta generación (E60) dio un salto importante al incorporar un motor V10 de 507 hp, inspirado en la Fórmula 1. Este modelo introdujo la caja de cambios secuencial SMG y el sistema Launch Control, permitiendo una aceleración de 0 a 100 km/h en 4.7 segundos.
En 2011, la quinta generación (F10M) presentó un motor V8 BMW M TwinPower Turbo de 4.4 litros con 560 hp, reduciendo el tiempo de aceleración a 4.3 segundos. Las mejoras continuaron en 2013 con el Paquete de Competición, que elevó la potencia a 575 hp.
En 2017, la sexta generación (F90) introdujo la tracción integral M xDrive, permitiendo que el M5 alcanzara los 625 hp en su versión Competition, con un tiempo de 0 a 100 km/h de solo 3.3 segundos.
Finalmente, en 2024, la séptima generación del BMW M5 trae un sistema de propulsión híbrido enchufable M Hybrid, con una potencia total de 727 hp. Este nuevo modelo combina un motor de combustión interna con un motor eléctrico para mejorar la eficiencia sin sacrificar el rendimiento, marcando el inicio de una nueva era para el M5.
Mirando al futuro…
La séptima generación del BMW M5 ya comenzó su producción en la planta de Dingolfing, Alemania.
Con la incorporación del sistema híbrido enchufable, este modelo representa una nueva dirección para la gama M, centrada en la eficiencia sin comprometer la potencia.
El regreso de la versión Touring también añade un valor adicional para aquellos que buscan combinar desempeño y practicidad en un solo vehículo.